PENSANDO UN POCO...

Pensando un poco, hoy, quiero dejar este poema de Miguel Hernández, hijo de nuestra querida Orihuela. Nacido en 1910 de una familia de pastores y fallecido en una cárcel española a los 31 años, de pena y enfermedad por ver el maltrato que se hacía a compañeros, amigos y a él mismo por los enemigos de la democracia.
    ACEITUNEROS
Andaluces de Jaén,
aceituneros altivos,
decidme en el alma: ¿quién,
quién levantó los olivos?
No los levantó la nada,
ni el dinero, ni el señor,
sino la tierra callada,
el trabajo y el sudor.
Unidos al agua pura
y a los planetas unidos,
los tres dieron la hermosura
de los troncos retorcidos.
Levántate, olivo cano,
dijeron al pie del viento.
Y el olivo alzó una mano
poderosa de cimiento.
Andaluces de Jaén,
aceituneros altivos,
decidme en el alma: ¿quién
amamantó los olivos?
Vuestra sangre, vuestra vida,
no la del explotador
que se enriqueció en la herida
generosa del sudor.
No la del terrateniente
que os sepultó en la pobreza,
que os pisoteó la frente,
que os redujo la cabeza.
Árboles que vuestro afán
consagró al centro del día
eran principio de un pan
que sólo el otro comía.
¡Cuántos siglos de aceituna,
los pies y las manos presos,
sol a sol y luna a luna,
pesan sobre vuestros huesos!
Andaluces de Jaén,
aceituneros altivos,
pregunta mi alma: ¿de quién,
de quién son estos olivos?
Jaén, levántate brava
sobre tus piedras lunares,
no vayas a ser esclava
con todos tus olivares.
Dentro de la claridad
del aceite y sus aromas,
indican tu libertad
la libertad de tus lomas.


En nuestra querida  Orihuela, leo hoy en los diarios, que un grupo de chavales de 2012, saltan al campo de un colegio carmelita y al toque del himno nacional levantan la palma de la mano al sol que les ciega.
Supongo, porque me lo he leído, que el proyecto educativo del centro no recoge saludos tan impropios de una práctica democrática, ya que si así fuera no debería ser subvencionado con ningún céntimo, por lo menos mío.
A mis queridas carmelitas solo les pediría que se fijasen, si no  en la constitución que acabamos de festejar, por lo menos en la reflexión, el recogimiento, y la contemplación de sus fundadores y lean y hagan leer un poco más los poemas de su  paisano.


Alicantinos de Orihuela
Andaluces de Jaén,
ciudadanos de la tierra
aceituneros también
porqué no leemos un poco
lo que escribió D. Miguel.

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